Isla Chiloé: Te imaginaras que hablo de una cama aparatosa, rodeada de sedas, con una gran estructura; pero no, hablo de una cama salvadora, que podrás armar siempre que tengas dos arboles o dos postes a disposición:
La famosa «hamaca paraguaya», para un relax asegurado.
Hamaca que se me ocurrió comprar y que menos mal llevaba conmigo en Enero 2018 cuando partí rumbo a la región de los Lagos en el sur de Chile, precisamente a la Isla Chiloé y a toda la magia que encontraría luego de hacer una caminata de 4 horas, bordeando el pacifico, cruzando pequeños ríos, subiendo y bajando en el terreno, que de a tramos se volvía inhóspito y con un gran barro (debido a que había llovido la noche anterior); hasta la playa paradisíaca y deshabitada: Cole Cole.
Chiloé, es un archipielago, un conjunto de 40 islas, localizada entre los paralelos 41º y 43º de latitud sur, comprendido por una gran isla, la isla Grande de Chiloé y otras, junto a islotes mas pequeños, en una superficie total de 9181 Km 2 y con una población estimada en 167.659 personas al 2012. Que se divide en comunas: Ancud, Castro, Chonchi, Curaco de Vélez, Dalcahue, Puqueldón, Queilén, Quellón, Quemchi y Quinchao.
Una zona de fuerte actividad marítima e industrial, en torno a los picos emergentes de la gran coordillera, que asoman en el océano (lo que quedo luego del hundimiento del valle central); que fue habitada en su pasado por cazadores y recolectores nomades, que se desplazaban en embarcaciones llamadas dalcas y por otros nativos dedicados al cultivo de papas, maíz y p0rotos, junto a la ganadería de llamas; por lo que sus tradiciones culturales son amplias y variadas, acompañadas de historias de una mitología única, que vale la pena conocer.
Chiloé tiene una rica cultura entre seres mitológicos e iglesias:
Junto a las más de 150 iglesias, la arquitectura de Castro luce otra expresión característica de la isla: los palafitos. Estas construcciones, muy conocidas en las zonas costeras, tienen en Chiloé su representante más austral. Se trata de casas de madera y tejuelas de alerce que se emplazan sobre un muelle con gruesos pilotes.
Constan de dos frentes, uno hacia la calle (comunicados a través de un puente) y otro hacia el canal, que posee una terraza superior que cumple la función de un patio y un nivel inferior que se utiliza para los trabajos de pesca, de acuerdo a las horas de marea. Es allí donde se amarran los botes que acompañan a los isleños en su salida para buscar mariscos y peces; y más allá de su atractivo, los coloridos palafitos son para los pobladores, un cómodo hogar cerca de la costa, seguro y sin humedad.
El lugar ideal para los que viven en torno al mar:
En la calle puerto Montt de Castro, podrán encontrar ademas del puerto marítimo desde donde hacer los tours de navegación (tomamos uno por 40.000 pesos chilenos cada una) y desde donde sale la ruta Chaitén / Castro; también la plazuela del Tren, junto a una rambla pintoresca en donde pasar una linda caminata y descansar un rato en algún banco. Allí conoceríamos a Diego, chileno y de Concepción, andaba de mochilero en busca de aventuras. Nos propuso una, que atesoro con mucho cariño en mi memoria, pues nuestros planes eran seguir recorriendo la isla, pero no sabíamos nada de Cole Cole.
Originalmente esta isla fue nombrada por los Españoles (que la conquistaron hacia 1567 y fundaron la ciudad de Castro), como «Nueva Galicia» por considerar que sus paisajes eran parecidos a la Galicia de España, aunque para el nombre finalmente prospero la transformacion de Chilhué, como adaptación española de Chillwe, palabra que en mapudugun significa «lugar de cheles», una gaviota blanca con la cabeza negra, también llamados cáhuiles o gaviotines.
Los jesuitas encargados de la evangelización, fueron haciendo capillas en todo el archipiélago y para 1767, ya habían 79, aunque al día de hoy, se pueden encontrar mas de 150 templos de madera, al estilo tradicional y muchas de ellas han sido declaradas patrimonio histórico de la Humanidad por la UNESCO.
Tras la expulsión de la población jesuita, la orden Franciscana asumió el poder religioso de la isla, pero esta aun dependía del Virreinato del Perú, por lo que el proceso de independencia de Chile, paso inadvertido en Chiloé y de hecho fue uno de los últimos reductos españoles en Sudamérica, pasando a formar parte de Chile recién en 1826.
Ya en el siglo XIX, fue centro ballenero de los extranjeros, especialmente franceses, por lo que fue el principal productor de durmientes para ferrocarriles en todo el continente, así nacieron los pueblos de Quellón, Dalcahue, Chonchi y Quemchi, para dedicarse a la industria; ya desde 1895 se fueron entregando tierras a colonos europeos y también a grandes industrias productoras para promover el desarrollo de la isla.
El auge de la ganadería, logro el desarrollo necesario para las zonas interiores que se consolido hacia 1912; la isla mide 180 Km de norte a sur y tiene un ancho de 50 km. Provocando que fuese necesario para la distribución, un ferrocarril que conectará Ancud y Castro.
El ferrocarril hoy se encuentra fuera de servicio y el traslado de personas se realiza fundamentalmente en buses y el de mercaderías
en camiones.
La primera de las ciudades que destaca después de la capital de la isla, Castro, es Ancud, pues recibe a cientos de turistas, interesados en conocer este sitio rodeado de mar por tres de sus lados, que brinda la posibilidad de conocer su fauna marina de cerca y que ademas es limitrofe con las ciudades de Quemchi y Dalcahue.
Llegamos a esta ciudad, para quedarnos un par de días, probar las mejores comidas y conocer las mejores historias, quienes nos recibieron en el Hostel Submarino Amarillo, fueron realmente muy amables y divertidos con nosotras, a su vez, otros pasajeros del lugar, tenían la mejor onda. Desde allí visitaríamos pueblito Caulín, donde tuvimos la suerte de apreciar un poco del arte y de la cultura tradicional del lugar y del folklore con sus danzas vibrantes, ademas de degustar unos vinos muy sabrosos, así como presenciar como realizaban el Curanto, plato típico de la isla.
Curanto: Se prepara cavando un hoyo en la tierra en el cual se colocan piedras calientes, luego se le colocan los ingredientes tales como mariscos, almejas, cholgas, choritos, picoros y, en algunas zonas, además, el piure, carnes varias como chancho, longanizas, pollo, papas, chapaleles y milcaos.
Cada capa de alimentos se cubre con pangues (hojas de nalca). Finalmente se tapa todo con tepes, para que se cocine al vapor durante aproximadamente una hora y media.
Una gran idea para este viaje, fue llevar mi mochila, pues posee la espalda reforzada, con varillas de aluminio, lo que fue importante a la hora del duro trekking hasta Cole Cole. Podes leer mas sobre ella acá: Mochila Mountaintop.
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El canal Chacao es considerado por muchos biólogos como la puerta de entrada al pasado del mundo, porque una vez que se está en la isla se tiene acceso al Parque Nacional Chiloé, una de las pocas áreas boscosas que conservan el carácter primitivo de la flora y de la fauna.
El clima, húmedo y templado del archipiélago permite la existencia del bosque siempre verde, conformado por olivillos, coigües, arrayanes y alerces. La fauna del lugar comprende al zorro chilote, lobo de mar, nutria de mar, pudú, y carpintero patagónico, entre los más vistosos.
Vías de acceso a Chiloé:
Se accede a la isla, desde el norte, por la ruta 5 Panamericana, a través de un transbordador que se toma en Pargua y que cruza el Canal, despues de unos 25 a 30 min. de navegación. También la isla cuenta desde 2012 con un aeródromo llamado Macopulli en Dalcahue, que recibe vuelos desde y hacia Santiago y Puerto Montt.
El servicio regular de cruce, comienza a las 7 de la mañana y va hasta las 23:30 horas, con un servicio de trasbordo a cada hora, desde Pargua hasta Chacao.
El paseo es realmente hermoso, se pueden ver lobos marinos durante el transcurso, en nuestro caso, tomamos un bus desde la terminal de Puerto Montt y el bus entero subió al transbordador, una vez culminada la maniobra de sujeción y atraco del mismo a la plataforma del barco, así como comenzada la travesía, los ocupantes de los vehículos pueden descender y subir a la pasarela para sacar fotos y admirar el paisaje.
Podrás ver como transbordan buses, autos, camiones con mercadería y distintos tipos de vehículos, todos juntos.
Cole Cole:
Para llegar primero debimos pasar una noche en Castro, de modo de estar descansadas y aunque el destino original era el Parque Nacional Chiloe, en el camino conocimos a Diego y cambiamos nuestros planes. Hasta entonces viajaba con Carol, la chica de 40 y algo de años de Nueva Zelanda, que había conocido en el tren de vuelta desde Aguas Calientes hacia Ollantaytambo, en Julio 2017, cuando volvía de visitar el Macchu Picchu.
Desde Castro, viajamos a Cucao, en una ruta de bus de unas cuatro horas aproximadamente, por unos 20.000 pesos chilenos (algunos buses de los que llegan a Cucao, primero pasan por Chonchi). Este bus los dejará a escasos metros del océano pacifico y el espectáculo que verán al descender del, sera impagable, eso si, recuerden indicarle esto al chofer, pues a veces, terminan antes, en la entrada al Parque Nacional Chiloé.
Llegamos con mucho viento, tanto que empujaba, caminamos un poco, inspeccionamos la ruta y las dunas, pero la lluvia se aproximaba, así que Carol no se animo a emprender la caminata de cuatro horas hasta Colé Colé y yo como estaba con ella y con su carpa, también me quede; encontramos un pequeño camping a la salida del trekking, en el que pudimos pasar la noche, mientras que Diego, siguió su camino hacia Cole Cole, tal como lo había planeado originalmente.
Prácticamente no había señal en el lugar, así que no nos enteramos hasta llegar a la playa, que Diego no había llegado a destino, sino que había pasado la noche en un camping en Huantemo, un poblado que esta un poco mas alla que la mitad de camino y se encuentra luego de cruzar el tercer río, Chaiquil. A la mañana siguiente despertamos, desayunamos, Carol estaba mejor equipada que yo en cuanto a ollas y cocinillas; habíamos comprado leche en polvo y algunos cereales. Insistí en que debíamos salir temprano ya que contrario al día anterior, el sol estaba radiante, pero Carol no me hizo caso y recién al medio día, emprendimos el camino, que sabíamos no iba a ser fácil.
Entre el atraso, el camino sinuoso y agotador, tuvimos algunas diferencias con Carol; hasta el puesto de control y pago para la entrada a Cole Cole fuimos juntas, luego, decidí adelantarme (pese a que no es lo mas recomendable si se van a lanzar a la aventura a un lugar completamente remoto y que desconocen); llegue sola a la playa de Cole Cole, luego de cruzar a pie tres ríos y algunas pequeñas montañas de la cordillera que se hace presente en esa zona, con un relieve ondulado, con alturas de hasta 500 metros y una vegetacion de selva valdivina, con un bosque verde con gran diversidad de especies vegetales, grandes arboles, helechos; ademas de algunos sitios sumamente húmedos y otros mas fríos.
A la llegada de los pueblos agricultores, muchos campos fueron quemados para ser explotados, tanto en ganadería como en plantaciones (por ejemplo el cultivo de la papa que data del siglo XVI, cuando se cree que fue llevada desde el sur de Perú, para plantar cerca de 400 variedades y convertirlas en nativas de la isla), pero posteriormente fueron abandonados y hoy están ocupados por el espinillo (Ulex europaeus), un arbusto espinoso introducido para hacer cercos vivos, que esta completamente fuera de control y con el que se van a encontrar varias veces, mientras transitan el sendero que los lleva a Cole Cole; también encontraran varios miradores que han construido los propios pobladores, desde donde podrán tener una vista increíble y podran sacar fotos realmente especiales.
La fauna nativa incluye aves (de las que unas pocas especies son endémicas), mamíferos terrestres como los nombrados anteriormente, ciervos, entre ellos el mas pequeño del mundo, también conocido como Pudú; mientras que en el agua ademas de lobos marinos, se pueden ver toninas y visitas esporádicas de ballenas azules. Así como una raza propia de caballo, conocido como caballo chilote o mampato, con una altura promedio de 1.25mts y la oveja chilota, que descienden de ganado introducido por los españoles en la isla en el siglo XVI.
En la entrada al territorio correspondiente al sendero de Cole Cole que es privado y donde se deben abonar 2000 pesos chilenos para poder seguir; pensé haber visto la entrada de Diego firmada (deseaba encontrarlo nuevamente). Nuestros ritmos con Carol, no eran compatibles, la caminata era dura, el sol pegaba fuerte, habíamos salido al medio día de Cucao y el sendero que hay que seguir, comprende una primera instancia bordeando la playa al rayo del sol, para después comenzar a subir y bajar las montañas.
Me separe, adelante y luego de extraviarme por una media hora y que unos pescadores me «rescataran»; experimente por dos horas aproximadamente, la experiencia de caminar sola y sin ninguna persona a la vista en muchos metros; la verdad estaba cómoda en el lugar donde me había perdido, un acantilado, con la vista mas hermosa que vi en mi vida, con unos verdes casi fluorescentes y con el sol repicando en el lomo de un hermoso corcel negro. Los perros que habían cerca, me hicieron pensar que podían estar con alguna persona y para mi fortuna, eran unos muchachos que viven cerca de la torre de energía y estaban pescando conchas de mar.
Para cuando logre retomar el camino correcto, pude enconarme con otros jóvenes que habían emprendido la aventura de ir a esta playa desértica, para lo que en el camino se cruzan tres pequeños ríos, el Cipresal, el Denal y el Chaiquil. Solo en Huantemo, luego del tercer rió, me encontre con unos mochileros que venían de la playa.
Un grupo de muchachos de Santiago me recibieron y me invitaron a comer, Carol tenia casi todo el alimento real que habiamos comprado, yo tenia los cereales y algunas frutas únicamente y aun debía pasar la noche allí, asi que este gesto, fue de ayuda para mi supervivencia.
El lugar remoto, vecino del Parque Nacional Chiloé, al cual se podia llegar si se continuaba caminando un día más hacia el norte; apenasunos pocos acampantes que no alcanzaban a ser 30, dentro de los que un grupo afirmaba que mas allá, en el camino que estaba marcado y cruzando el rió cole cole, existe un nuevo camping; claro que sin selñal celular, al igual que este. Una experiencia, similar a estar en Cabo polonio en mi tierra, pero mas desértico y en mayor contacto con la naturaleza.
A la tarde, los funcionarios de turismo llegan al sitio para cobrar las plazas que estén ocupadas, hay parrilleros, para poder cocinar y ademas hay baños, aunque no siempre tienen agua disponible y es necesario que lleven su propia agua potable: en caso de emergencia, esta el rió Cole Cole de agua dulce y se puede hervir o purificarla, si es que han comprado alguno de los dispositivos que venden para esto.
El atardecer en este lugar (el sol se posa sobre el acantilado en el que me perdí) y el dormir en mi hamaca, fueron de los regalos mas lindos que me ha hecho este 2018, a Diego por suerte lo volví a encontrar en la tarde, justo antes del atardecer, estuvimos un rato con Carol quien llegó como una hora después de mi, alegando que se tomaba su tiempo para admirar el paisaje; y luego Diego armo su carpa en el área que quedaba por fuera a la de camping, por lo que no le cobraron los 1000 pesos Colombianos que salia quedarse. Cenamos un milcao, que él me había regalado en Castro, con la intención de que lo probara antes de salir a Cucao y yo había guardado; pudiendo dejar la fruta para la mañana siguiente.
Milcao: Se trata de una mezcla de papas nativas, que en parte se muelen, se rallan y mezclan con harina, para ser fritadas. Se trata de una comida tradicional en la gastronomía chilota, que aparece frecuentemente en el folklore como parte de canciones y adivinanzas. Tiene un sabor similar a la tortilla de papas, pero distinto por su variedad y puede que el hambre influyera, pero que rico estaba.
La corriente eléctrica, tampoco esta disponible, por lo que el mayor lujo puede ser una linterna o unas velas que pueden comprar a los mismos pescadores que me rescataron, pues ellos llegan en el atardecer, con galletas, agua, latas de cerveza, cigarros, encendedores, entre otras cosas que puedes llegar a necesitar y no posees; eso si, los precios son un poco mas caros que en una tienda común, dado todo lo que tienen que caminar para lograr llegar hasta allí; ¡es una salvación!, cuando crees que pasaras la noche «sobreviviendo».
Diego armo su carpa y yo me dispuse a extender mi hamaca paraguaya entre dos arboles del hermoso bosque que nos rodeaba, con la calma del universo recibiéndonos aquella noche y regalándonos un suspiro mas de vida, después de todos los contratiempos que tuvimos para llegar a ese paraíso.
Un paraíso terrenal, que podes encontrar luego de un gran treklking.
Viendo el mejor cielo de estrellas que me podía regalar en aquel momento la vida, oyendo a los animales, protegida de mosquitos con repelente y envuelta a su vez en mi sobre de dormir, me dispuse a pasar la noche allí, para al día siguiente, desaparecer con los primeros rayos del sol; debía continuar mi ruta y no perder mi próximo bus, para poder volver a casa, en tiempo y forma. Mi ruta era Puerto Montt / Bariloche y debía tomar a tiempo mi bus desde Castro hasta Puerto Montt para ello.
Me hubiese gustado, quedarme una noche mas y pienso que lo mejor que les puedo recomendar, es que prevean bien su comida, llévenla ustedes, para no quedarse sin alimento por una pequeña discusión y entonces, regalense otra noche allí o quizás una en el próximo camping, que me contaron existe dentro del Parque Nacional Chiloé.
Podría haber cenado con Carol, podría haber dormido con ella, en la comodidad de su carpa, tenia mi colchón inflable conmigo, pero opte por tomar la independencia que me brindaba esta hamaca.
Lo particular de esta, es que tiene un diseño deportivo, trae un bolsillo lateral, que a su vez, funciona como bolso de transporte, por lo que su tamaño se reduce considerablemente, volviéndose cómoda de trasportar y haciendo que su peso tampoco sea exagerado, a pesar de que trae dentro, las correas para atarla.
Hola Ignacio, esta hormiga se ha pasado los últimos 3 años estudiando mucho para terminar la carrera, estoy aguardando la defensa de tesis para poder seguir con este proyecto. Un abrazo, te espero en IG o Tiktok: @antviajera.
Iganacio
agosto 25, 2018 @ 4:49 am
Me gustaria hacer algun viaje contigo para que me ayudes hacer esas travesías locas …que se ven que están muy buenas.
addisripoll
febrero 19, 2024 @ 10:43 am
Hola Ignacio, esta hormiga se ha pasado los últimos 3 años estudiando mucho para terminar la carrera, estoy aguardando la defensa de tesis para poder seguir con este proyecto. Un abrazo, te espero en IG o Tiktok: @antviajera.
Maria Mendez
agosto 25, 2018 @ 8:44 am
Excelente hormiguita viajera!